En ocasiones como ésta recuerdo la época de cuando fui niña, mi mamá no tenía que luchar para que apagáramos una tablet, o el videojuego, vaya... Ni la tele, sus gritos se limitaban a: "ya métanseeeeee!" Con aquella facilidad nos pasábamos horas jugando a las escondidas, policías y ladrones, bote pateado, avioncito, burro castigado, elástico, etc. Podían darnos las 9 de la noche y tan campantes tanto nuestros papás como nosotros obviamente. La mañana después de Navidad era típico salir a la calle con lo que te había traído Santa. Y así podría listar mil cosas.
Actualmente los niños se sienten "mutilados" cuando les dices: "apaga el iPad", "se acabó el tiempo de videojuegos", obviamente la situación ya no está como para dejarlos salir a jugara la calle... menos solos, y nosotros como papás aprovechamos la "ventaja" de tener estos aparatejos que nos permiten un momento de tranquilidad, o aplacarlos mientras esperamos una cita al doctor.
Después de ver el show que representaba decirles que lo apaguen, o cuando se les acaba la pila por ejemplo, me si a la tarea de siempre traer crayolas, alguna libretita, e incluso plastilina; me he dado cuenta de que eso los entretiene más y los hace pelearse menos entre ellos. El plus es la estimulación creativa, y desarrollo de motricidad fina.
Hoy jugamos con los clones de star wars, a recoger la casa (si, como un juego), hicimos unas manualidades de minecraft, coloreamos y jugamos plastilina. Fuimos libres de la tecnología :)
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